Los mejores poemas de Pablo Neruda: 5 de sus obras clásicas
Si quieres leer a uno de los mejores poetas del mundo, Pablo Neruda es el lugar perfecto para comenzar. Comience con cinco de los mejores poemas de Pablo Neruda para tener una idea de su trabajo y estilo.
¿Quién fue Pablo Neruda?
Pablo Neruda (12 de julio de 1904 - 23 de septiembre de 1973) es reconocido como uno de los grandes poetas del siglo XX. La vida de Neruda estuvo dominada por la poesía, la política, la diplomacia y el exilio temporal de su Chile natal.
En 1971, Neruda recibió el Premio Nobel de Literatura. “Un poeta es a la vez una fuerza de solidaridad y de soledad”, afirmó Neruda en su discurso de aceptación del Premio Nobel.
Neruda escribió cerca de 3.500 poemas en una amplia gama de géneros: epopeyas históricas, poemas de amor apasionado, odas distintivas (poemas líricos que abordan un tema en particular), manifiestos políticos, poemas surrealistas y una autobiografía en prosa.
Otro gran escritor latinoamericano, Federico García Lorca, describía a Neruda en 1934: “Y yo les digo que deben abrirse a escuchar a un poeta auténtico, de esos cuyos sentidos corporales fueron moldeados en un mundo que no es el nuestro y que pocas personas son capaces de percibir. Un poeta más cercano a la muerte que a la filosofía, más cercano al dolor que a la inteligencia, más cercano a la sangre que a la tinta”.
Los mejores poemas de Pablo Neruda
Estos son, en mi opinión, cinco de sus mejores poemas de su gran colección de obras.
libro de preguntas
Dime, ¿la rosa está desnuda?
¿O es ese su único vestido?
¿Por qué los árboles ocultan
el esplendor de sus raíces?
Quien escucha los arrepentimientos
del automóvil ladrón?
¿Hay algo en el mundo más triste
que un tren parado bajo la lluvia?
Cuerpo de mujer, colinas blancas, muslos blancos
(extracto)
Cuerpo de mujer, colinas blancas, muslos blancos,
cuando te rindes, te estiras como el mundo.
Mi cuerpo, salvaje y campesino, te socava
y hace saltar a un hijo en el fondo de la tierra.
Estaba solo como un túnel. Los pájaros volaron de mí.
Y la noche me invadió con su poderoso ejército.
Para sobrevivir te forjé como un arma,
como flecha para mi arco, o piedra para mi honda.
solo muerte
(extracto)
Hay cementerios que están solos,
tumbas llenas de huesos que no hacen ruido,
el corazón moviéndose a través de un túnel,
en ella oscuridad, oscuridad, oscuridad,
como un naufragio morimos entrando en nosotros mismos,
como si nos ahogáramos dentro de nuestros corazones,
como si viviéramos cayéndonos de la piel al alma.
Los poetas celestiales
(extracto)
¿Qué habéis hecho, Gedianos,
intelectualizadores, rilkeanos,
mistificadores, falsos existenciales
hechiceros, surrealista
mariposas incandescentes
en la tumba, eurófilo
cadáveres de moda,
gusanos pálidos en el capitalista
queso, ¿qué hiciste?
ante el reino de la angustia,
ante este oscuro ser humano,
la dignidad pateada,
esta cabeza sumergida
en el estiércol, esta esencia
de vidas toscas y pisoteadas?
En Salvador, Muerte
(extracto)
En Salvador, la muerte aún ronda.
La sangre de los campesinos muertos
no ha secado, no seca con el tiempo,
la lluvia no lo borra de los caminos.
Cien sonetos de amor: XVII
(extracto)
No te quiero como si fueras una rosa de sal, topacio,
o flecha de claveles que propagan fuego:
Te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
en secreto, entre la sombra y el alma.
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